Nuestros orígenes
El Bar Guadalest había sido la Venta de la tia Dolores mi bisabuela, y ha visto como han pasando millones de personas por delante de ella. Puede que sea de las casas más antiguas que quedan en Guadalest. Hasta donde alcanzan los recuerdos, mi bisabuela Dolores, una mujer de pueblo pero luchadora y muy capaz, tenía esta casa que convirtió en una especie de posada.
Tras mi bisabuela, mi abuela Amparo se fue formando en la cocina y con la ayuda, más adelante, de mi tío, mi tía y mi madre y por último mi hermano siguieron dando el servicio de comidas, pero abandonando el alquiler de las habitaciones, ya que las mejoras en las rutas y los nuevos medios de transporte hicieron que la demanda bajara. Donde una vez descansaron los animales se reconvirtió en un bar, cada vez más concurrido, donde ensayaba incluso un grupo muy conocido en el Valle, los Kastells.
Ahora Toni y yo hemos cogido el relevo familiar, adaptándonos a las nuevas tendencias y a los gustos de la gente de ahora. La idea es transmitir la pasión que sentimos por nuestro trabajo, poniendo en alza todo aquello que nos rodea, defendiendo el producto local, pero reinventándonos con las nuevas tendencias. Comida sencilla pero de calidad en la Venta, y tranquilidad y buenas vistas en el Hotel.